BDSM

¿Qué es el “BDSM” o Bondage como práctica sexual?

El BDSM es un término creado en 1990 para abarcar un grupo de prácticas y fantasías eróticas, cuyas siglas significan: Bondage; Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo. Abarca, por tanto, una serie de prácticas y aficiones relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidades no convencionales o alternativas. A veces, en el vocabulario cotidiano, se utilizan las expresiones «sado» o «sadomasoquismo» para referirse al “BDSM”, aunque estos dos términos resultan equívocos, ya que las prácticas abarcadas por el “BDSM” incluyen más variantes y admiten gran cantidad de manifestaciones diferentes. Como práctica erótica, el “BDSM” conlleva siempre el consenso de los participantes y se distingue totalmente del sadismo criminal.

Bondage: es un término inglés referido a ciertos vínculos que se establecen en ciertas relaciones de subordinación. Históricamente, en siglos anteriores, fue un término utilizado para referirse al lazo vincular restrictivo que unía a amos y esclavos, o a señores feudales y vasallos. 

Disciplina: es un término que hace referencia a prácticas eróticas relacionadas con reglas, castigos, adiestramiento, protocolos de comportamiento, posturas según las circunstancias, etc.

Dominación: es un término utilizado para referirse a las prácticas eróticas en las que una persona adopta un rol dominante para actuar de acuerdo a su voluntad y su deseo sobre otra u otras personas que adoptan un rol sumiso. 

Sumisión: es un término utilizado para referirse a las prácticas eróticas en las que una persona adopta un rol sumiso en el que queda bajo la voluntad de otra u otras personas que adoptan un rol dominante. 

Sadismo: es un término que en este contexto se utiliza para referirse a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer causando dolor, humillación o incomodidad a otra persona que acepta esa situación. 

Masoquismo: es un término que en este contexto se utiliza para referirse a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer experimentando dolor, humillación o incomodidad, generalmente a manos de otra persona que acepta esa situación. Se trata siempre de prácticas voluntarias que no pueden ir más allá de los límites establecidos por la persona que recibe el dolor, la humillación o la incomodidad, y que se pueden frenar en cualquier momento.